Cuaderno de bitácora – a 06 de Abril del año de nuestro señor 2016.
Tras mi llegada a España el 12 de marzo en lo que se suponía que iban a ser unas merecidas vacaciones para disfrutar de la familia y ya de paso cerrar algunos asuntos que requerían mi presencia, los acontecimientos nos han llevado a una frenética actividad.
Junto a mi compañero y bien querido amigo Pedro J. Martínez, nuestro ¨Jefe en España´´, no hemos parado de trabajar ni un solo día con el objetivo de acelerar todos los procesos para exportar a China. Sin respetar siquiera domingos, más de 3000 km en coche avalan nuestro esfuerzo.
El mismo lunes 14 ya nos pusimos en contacto con los fabricantes de los productos que llevamos en cartera y como algunos de ellos se encuentran en Andalucía, allá que nos fuimos con la agenda bien apretada y repleta de instrucciones para satisfacer la demanda y necesidades de los compradores chinos. Exportar a China puede parecer sencillo si se hace desde el desconocimiento cultural y legal de este inmenso país. La importancia de reunirse con sus empresarios, escuchar sus peticiones, atender sus sugerencias, modificar incluso hasta el mínimo detalle en las etiquetas o el envoltorio del mismo producto, supone el gran contraste entre el éxito con la continuidad de los pedidos o las dificultades que desde la aduana ya se puede originar.
En primer lugar, visitamos a nuestro proveedor de mármol, dándole traslado directo de las necesidades de los empresarios chinos que están dispuestos a efectuar pedidos y así nos lo solicitaron en la feria de XIAMEN. El mármol crema marfil junto a la originalidad de este fabricante marcan la diferencia.
Con el fabricante de muebles perfilamos los detalles aduaneros de los envíos y nos maravillamos con la delicadeza del trabajo artesanal que sus muebles reflejan a la perfección, una cuestión muy valorada y apreciada por el consumidor chino de alto poder adquisitivo.
El viaje por Andalucía no para de sorprendernos, tanto por la buena acogida que nos brindan nuestros proveedores como por la hospitalidad de sus gentes, la estupenda temperatura que nos hace el viaje más agradable, sus excelentes platos…. me llevo el sabor en el paladar del pescaíto frito. Es una lástima no poder exportarlo, pero seguro que hará las delicias de Ivanna Yang en próximas visitas.
Siguiendo el planning, visitamos al fabricante de nuestros tradicionales mantecados. Les indicamos las variaciones que debían efectuar a sus productos para adecuarse al mercado chino y a su normativa, de la que hay que estar pendiente constantemente puesto que los cambios se producen con mucha rapidez y el tiempo de reacción ha de ser prácticamente instantáneo.
Del mismo modo, en la visita a nuestro proveedor de galletas y dulces le dimos traslado de las últimas novedades de la regulación China. Para exportar a China con éxito han de tenerse en cuenta múltiples factores, el fabricante es consciente de ello y se siente arropado por nosotros, uno de nuestros objetivos a la hora de comercializar.
En el pasado viaje a Beijing, se nos solicitó mantecados, dulces y galletas, y se nos invitó a participar en la feria de alimentación SIAL 2016, que se celebra en mi apreciada SHANGHAI, junto a uno de nuestros contactos empresariales chinos, y con el cual guardamos una excelente relación. Esperamos ofrecerlos allí junto al resto de nuestros productos de alimentación y así sorprender al consumidor, ávido de novedades y abierto nuevas experiencias gastronómicas provenientes de otros países.
Por último nos dirigimos a visitar al fabricante de botas y perfilar detalles. De nuevo gratamente sorprendidos por la maestría andaluza, donde la tradición y el buen hacer de generaciones tiene tal peso que es imposible no ser reconocido internacionalmente. Todo ello, unido a la altísima calidad del producto final y la creciente tendencia por la hípica en China, hacen de las botas un excelente producto para exportar a China.
Una vez cumplidos todas los compromisos y visitas por tierras andaluzas y sin habernos podido detener a disfrutar de una tarde libre, volvimos hacia Valencia y Alicante donde quedaba mucho trabajo por hacer. Pedro no me deja respirar ni un segundo, tiene una energía inagotable este hombre!, y a pesar de que los días avanzan y ya debería estar aclimatado , sigo siendo víctima del jet lag puesto que hay que estar en constante contacto con nuestra oficina en China y la diferencia horaria es de 6 horas más allá.